jueves, agosto 26, 2010

La fuerza del amor


El triunfo del Amor

La esperanza es una poderosa fuerza y cuando se une al amor por algo más elevado, por la naturaleza... es divina.

Gracias a todas las personas e instituciones que han unido sus intenciones para que este proyecto quede fuera de la zona.

http://www.youtube.com/watch?v=NeSlXcWRHlk&feature=player_embedded


Abrazos y bendiciones a todos los seres de la Madre Tierra
Amor y Gracias al Agua
Monina

lunes, agosto 23, 2010

Alberto Villoldo en Chile

ALBERTO VILLOLDO ESTUVO EN CHILE:

El profesor Alberto Villoldo, Psicólogo y antropólogo Médico estuvo dirigiendo durante muchos años el Laboratorio Biológico de la Universidad de San Francisco, investigando los efectos de la curación a través de la energía y de la visualización en la química del cerebro. Un día se dio cuenta de que sus estudios precisaban mayor compromiso y dedicación. Por esa razón, dejó el microscopio y la universidad para visitar personalmente el Amazonas. Allí empezó su viaje de recuperación de las tradiciones milenarias de la medicina de la civilización Incas y ahora enseña medicina energética a miles de profesionales médicos y legos cada año.


La Práctica del NO Sufrir

Tomado del Libro Las Cuatro Revelaciones del Dr. Alberto Villoldo,
esta práctica forma parte de la primera revelación “El Camino del Héroe”.

Copiado y difundido por:

http://www.manantialcaduceo.com.ar/libros.htm

La siguiente práctica es la del no sufrir, lo cual quiere decir no escribir historias sobre nuestro dolor. Aquí nos abrimos a la posibilidad de aprender directamente de la infinita sabiduría del Universo –ya no necesitamos padecer las mismas desgracias una y otra vez-. Sin embargo, es imperativo que aprendamos nuestras lecciones o acabaremos perpetuando nuestra propia infelicidad. En Oriente, a esto se le llama romper el ciclo del karma y entrar en el dharma. Los laicas lo llaman practicar el «éxtasis».

El sufrimiento se produce cuando formas una historia en torno de los hechos. En algún momento, vas a perder a uno de tus padres, o a un ser querido o un empleo, y entonces podrás convertir este hecho en un relato tan dramático como desees. Por ejemplo, te puedes decir a ti mismo: «Ahora ya no tengo madre, nadie va a cuidar de mí». Esto se convertirá en algo enorme, y los otros te verán siempre como «la persona que ha perdido a su madre».

A menudo decidimos lo importante que nuestra historia debería ser guiándonos por la opinión de los demás, de la misma forma que cuando un niño pequeño se cae, mira inmediatamente a su madre, como preguntando: « ¿Cómo de grave ha sido la caída? ¿De qué forma debo comportarme?». Luego crea una historia que se ajuste a la intensidad de la reacción de su madre. De la misma manera, nos rodeamos de amigos que se compadecen de nosotros; sin embargo, al hacer esto, les permitimos colaborar en nuestra historia de víctima, e incluso agrandarla. Puede que nos digan que no deberíamos estar irritados con nuestra situación; ¡deberíamos sentirnos furiosos! O puede que reconozcan que tenemos todo el derecho de sentirnos fatal o profundamente resentidos. En cualquier caso, con su aliento, creamos una historia dramática en que la gente se aprovecha de nosotros, no nos comprende y nos maltrata.

Buda vino a enseñarnos que aunque el sufrimiento es parte de la condición humana, no es necesario. Esto no quiere decir que el dolor no exista –el dolor es inevitable porque todos tenemos un sistema nervioso que siente el fuego y la pérdida-. Como les suelo decir a mis alumnos, si quieres comprender la diferencia entre el dolor y el sufrimiento, prueba lo siguiente: cuando te estés dando una agradable ducha caliente, gira la llave hacia la posición de frío, pero hazlo en dos etapas. Primero, coloca la mano sobre el grifo y nota cómo tu cuerpo se estremece en anticipación a lo que va a suceder –esto es sufrimiento-. Luego, cuando gires de golpe la llave hacia la posición de frío, lo que vas a experimentar es dolor. Como puedes ver, el sufrimiento y la angustia suceden cuando te pones a pensar en lo fría que va a estar el agua y lo mucho que te va a doler cuando la sientas golpeándote la piel.

Cuando un dentista administra un anestésico local, puede extraerte un diente y no vas a sentir el menor dolor. Sin embargo, sí sentirás una sensación de tracción o presión. Deberíamos ser capaces de relajarnos totalmente, conscientes de que no sentimos ningún dolor, pero nuestra mente comienza a pensar en la experiencia en cuestión: «Ése es el sonido del taladro, y ¡realmente me está sacando un diente!». Nos ponemos nerviosos y nos sentimos incómodos porque estamos creando una historia en torno a un dolor que ni siquiera estamos sintiendo.

Cuando practicas el no sufrir, aceptas los hechos de la vida y las lecciones que han venido a enseñarte. Si estos hechos son dolorosos, naturalmente vas a sentir ese dolor, pero no lo intensificas agravando la historia y diciéndote a ti mismo: «Esto es devastador. No puedo soportar el sufrimiento de vivir sin mi pareja. Es demasiado grande. Me va a destruir».

Después de haber perdido a un ser querido, es natural que tus sentimientos de tristeza se activen de vez en cuando. Puedes experimentar esa pena y escribir un relato heroico en que el dolor sea una parte importante de tu curación, o una historia que te confirme como víctima y te condene a un sufrimiento aún mayor. Puedes pensar: «Yo lo amaba tanto… Él me dio tantas cosas buenas, y le estoy agradecido por eso. Fue maravilloso tener ese tipo de relación con otro ser humano, y me gustaría tener otra así algún día». O puedes decir seguir diciéndote a ti mismo: «No puedo creer que haya muerto. Es tan injusto… Nunca lo superaré». Como ya sabes, cada historia es una profecía que se cumple a si misma. La primera promueve la curación, y la segunda, el sufrimiento. Una vez renuncies a aferrarte al sufrimiento, podrás dejar de aprender tus lecciones a través de traumas, conflictos y mala suerte – y serás capaz de comenzar a aprender directamente del conocimiento en sí

Tomado del Libro Las Cuatro Revelaciones del Dr. Alberto Villoldo, esta práctica forma parte de la primera revelación.

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CHILE: HAKA KANAPU TE UIRA


Reencuentro con el Ser Cósmico

Anunciamos la llegada desde Nueva Zelanda de Ojasvin Kingi Davis e Iris Häusermann Davis en el próximo mes de octubre.


En el primer viaje de Ojasvin a Argentina, el 25 de Mayo, compartimos una noche maravillosa de enseñanzas de la Haka practicada por el pueblo maorí durante milenios que se refleja en el video que compartimos nuevamente

http://www.youtube.com/watch?v=UaD0zZcqH3o


En Octubre visitaremos Chile, los días 1, 2 y 3 y Argentina 8,9 y 10

CHILE

HAKA KANAPU TE UIRA

To welcome the new time Bienvenida al Nuevo Tiempo

A Maori - Celtic fusion Maorí/Celtic Fusion Fusión de las expresiones Maorí y Celta

martes, agosto 10, 2010

Tambores x la Tierra x la Paz

Amig@s:
Encontrémonos en un
abrazo con la Pachamama...
Puntualmente y con el
corazón abierto...
Por los mineros de chile...
cada segundo sábado del mes hasta que vuelvan junto a la familia.
Abrazos
Monina


PULSANDO EL TAMBOR
INVITACION SEGUNDO SABADO DE CADA MES

A LAS 11:00 hrs.

-TAMBORES X LA TIERRA X LA PAZ

"Pulsando el Tambor"
ENCUENTROS CON LA PACHAMAMA
A TRAVÉS DEL SONIDO PRIMORDIAL
DEL TAMBOR


A través del sonido del Tambor te invitamos a conectarnos con la Pachamama y a entrar en resonancia con el TanTan de nuestro propio corazón

Si resuena en tu corazón y quieres apoyar a la Madre Tierra en su proceso de sanación, únete y participa en estas ceremonias/encuentros

SEGUNDO SABADO DE CADA MES de 11:00 a 12:30 horas

en el Centro Madre Tierra,

Si tienes un tambor, puedes traerlo, no es obligatorio.

Te esperamos, inscripciones e informaciones (cupos limitados):

María Inés: neneclarita@gmail.com

Monina: monina333@gmail.com

Mónica: mnaviad@gmail.com

Centro Madre Tierra, María Monvel 2104, Parcela 260 T, La Reina, Santiago

(FAVOR CONFIRMAR ASISTENCIA)

El aporte es desde $1.000.- Se recomienda traer cojín y manta y llegar a la hora.

Como llegar al Centro Madre Tierra:
Subir por Carlos Silva Vildosola y doblar a la izquierda por Maria Monvel (casa con reja café a unos pocos metros antes de llegar a Alvaro Casanova